Tu mirada me abruma,
Me hace perder la cordura,
Tú eres la cura, mi cura,
El colirio que me ayuda,
A ver la vida llena de hermosura.
Adorable como un infante dormido,
Inquietante cual río bravío,
Dulzura y travesura diviso,
Cuando tus ojos posan en los míos.
Hay algo en tu mirada que doblega,
Borra en todo ser de un solo tiro,
La tristeza o rabia que lleve de abrigo,
Al apreciar tu belleza que embelesa.
Más no te confíes de su ternura,
Porque su mirada también es dura,
Cuando se enfrenta a la amargura
O algún extraño mal que la tortura.
Porque sus ojos no se amilanan,
Ante ninguna amenaza,
Por mas difícil que parezca,
O gigante sea el problema,
Tu mirada siempre lucha y se revela.
Tu mirada penetra mi alma,
Despiertas mis energías y mis ganas,
Y a la vez se siente una calma,
La que se siente cuando se está con quien se ama
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